"Hola. Soy Fran Lenaers. Nací en Valencia hace 52 años. De pequeño
viajaba bastante a menudo a Bélgica, mi padre y mis abuelos nacieron
allí. Mi abuela, además de muy flamenca, hablaba 8 idiomas. Todos mis
amigos de pequeño eran belgas y holandeses, imagino que eso influyó en
mi infancia. Empecé a pinchar unos años antes de recalar en Spook en
bares y pequeñas discotecas de amigos. Algunos de esos amigos pinchaban
en Ibiza. No aterricé en Spook hasta las navidades de 1983-1984, fue
gracias a uno de los dueños, que acababa de llegar de Londres... A
partir de las 6 horas de sesión es cuando empezaba a funcionar bien,
aunque la plenitud y la inspiración llegaban a partir de las 10 horas...
Muchos grupos me mandaban sus demos o maquetas, por ejemplo Front 242:
durante dos años pinché sus pre-masters. Me enviaban sus probaturas en
forma de testpressings o cintas para que las pinchara...
Spook estaba siempre lleno, era lo máximo a lo que un dj podía aspirar:
en el 84-85 teníamos gente de París, Milan, Madrid, Londres, etc. La
gente que venía de fuera alucinaba, no había discoteca en el mundo en la
que sonara esa música."
No es extraño escuchar como algunos le siguen llamando "el Larry
Levan español." Fran Lenaers es probablemente una de las piedras
angulares de lo que se llamó el 'sonido de Valencia', junto a 'la ruta
del bakalao', términos de connotaciones demasiado desvirtuadas por los
medios de comunicación a partir de la segunda mitad de los 90.
Pronunciar esas dos frases significa a veces recibir críticas. A mí me
han puesto a parir por defender eso en corrillos culturetas. Es tal el
desprestigio que es mejor no hablar del tema. Si bien es cierto que la
ruta acabó autodestruyéndose, tuvo durante unos años -la gran mayoría
coincide que la época dorada englobó los 5 años que van del 84 al 89-
una validez innegable. Dejando aparte temas musicales, hay un fenómeno
sociológico detrás que sigue fascinando a día de hoy.
Lenaers, ya desde su cabina en la mítica Spook o con sus producciones al
frente de Megabeat o Interfront, puso su grano de arena para que
floreciera una escena, igual de válida que el rock bailable de
Manchester aunque nadie se atreva a decirlo en público por miedo a ser
linchado. De hecho, fue el mismo Tony Wilson el que dijo aquello de
"sólo en ciudades tan peculiares como Manchester o Valencia es donde
este tipo de cosas podían ocurrir." Pero empecemos por el principio.
A
finales de los años 70, y auspiciada por la llegada de la "democracia"
(sí, entre comillas), los jóvenes españoles viven su particular
liberación creativa y emocional. La moda, el diseño y la música nacional
y de importación florecen en ciudades como Madrid, Barcelona, Ibiza o
Valencia. Nace la movida madrileña al mismo tiempo que la valenciana. En
otro ejemplo de centralismo, Valencia es injustamente tratada por los
medios de comunicación, que le dan la espalda y se centran en lo que
ocurre en la capital.
No olvidemos que de la Comunidad Valenciana salen grupos como Comité
Cisne, Glamour, La Morgue, Seguridad Social, Interterror o Betty Troupe
entre otros. Valencia recibe, asimila e interpreta todos los
inputs a
su manera. Vacíos legales en un recién implantado estado de transición
gubernamental, con un montón de leyes laxas o directamente inexistentes,
permiten a muchos empresarios sacar tajada en el uso de los horarios de
sus discotecas, pubs y bares. El punto álgido del desmadre llegaría en
1991, cuando la discoteca N.O.D montó una fiesta en su parking de 24
horas non-stop; poco después, Barraca doblaría la apuesta abriendo 48
horas consecutivas en la que a día de hoy sigue siendo considerada la
fiesta más larga jamás hecha. Al igual que en otros contextos musicales
de la época y en mitad de ese particular espacio vital, la entrada de
las drogas de diseño desde Ibiza y Holanda siembran la sensación de
euforia y libertad entre la juventud española. Los primeros visos de
espontaneidad nacen en Barraca (Sueca, al sur de Valencia) en 1982,
donde los pinchadiscos se desmarcan de la tónica general y huyen de los
caminos marcados por otras discotecas rendidas al funky. Ropajes negros,
música gótica, pelos crepados, crucifijos y oscuro rímel pueblan cada
noche la pista de Barraca, que además dota su escenario con performances
teatrales y conciertos de forma regular. Aparecen los primeros flyers y
por supuesto un importante número de fanzines.
Durante 1984 y debido a un requerimiento del ayuntamiento local, Barraca
echa el cierre durante dos semanas. La gente se desplaza hacia Spook
Factory, donde un veinteañero
Fran Lenaers acaba de tomar el
testigo a otro DJ local. La discoteca se convertirá en un tiempo récord
en un sitio de culto. Apartada del resto, Spook (ubicada en Pinedo)
será, junto a Amnesia (Ibiza), la primera en programar una sesión
after-hours. Su espíritu, decoración y luz interior son claramente
transgresoras. El logo, un murciélago con las alas abiertas de par en
par, diseñado por el entonces en-boca-de-todos
Valentín Herraiz,
evoca la nocturnidad, lo gótico, lo oscuro. Sería los viernes cuando se
empezaría a cerrar a las 4 para volver a abrir a las 6 con la salida
del sol. Spook se convirtió en un abrir y cerrar de ojos en "the place
to be". Tras un tiempo queriendo contactar con Fran Lenaers, siempre sin
fortuna, consigo hacerlo una mañana de principios de julio. Lenaers se
dedica ahora a montar equipos de sonido en bares y clubes. Tengo un
montón de preguntas que hacerle.
Sé que de vez en cuando te sigue picando y sales a pinchar. ¿Qué ha cambiado desde ese lejano 1983 cuando empezaste?
Básicamente que ahora casi todo el mundo produce. Muchos de estos
chicos pasan de producir a pinchar. Aunque no soy nadie para juzgar el
trabajo de los demás, creo que hay muchas de esas producciones que no
pasan el corte mínimo. Mira la diferencia: yo hacía sesiones de hasta 16
horas. Además tenía que controlar el panel de luces de la discoteca.
Los viernes solía pinchar 12 horas: de 12 de la noche a 12 de la mañana.
Me iba a descansar y otra vez a la carga. El sábado hacía entre 14 y 16
horas de sesión. Prefería hacerme las horas del tirón, no me gustaba
que nadie interfiriera. Piensa que si sube alguien y pone 4 o 5 discos
mal puestos te puede joder la sesión.
No era extraño durante esos años que muchos grupos de la llamada
nueva ola o los new romantics pisaran por primera vez Valencia en sus
visitas a España: Soft Cell, Bauhaus, Minimal Compact, Anne Clarke o
Stone Roses fueron sólo algunos de ellos. La lista es inagotable.
En el documental '72 horas y Valencia fue la ciudad' se relata que Chocolate programaba conciertos a las 7 de la mañana...
Sí. Entre las 6 y las 7 de la mañana. Cierto. Los extranjeros
cuando venían aquí flipaban. Era todo muy extraño. Recuerdo una gira de
Propaganda que salió en toda la prensa generalista. Tocaron en San
Sebastian, Barcelona y Madrid. Los medios de comunicación no reseñaban
nunca Valencia... claro que también era culpa de los promotores: Depeche
Mode, Simple Minds, Nick Cave y grupos por el estilo venían con
regularidad. Los promotores preferían hacer promo sólo en emisoras
locales, dejando de lado las revistas, las radios y los periódicos
nacionales. Luego hablabas con los grupos y te decían; "mira, yo toque
dos veces en Barcelona, tres en Madrid y ¡ocho en Valencia!" Esa ciudad
era nuestro talismán. Jim Kerr, por ejemplo, estuvo tres veranos enteros
veraneando aquí. Se le veía mucho por las discotecas.
No era extraño ver a caras conocidas en Spook. Pedro Almodóvar, The
Communards, Javier Bardem, Antonio Banderas, Tino Casal, Francis
Montesinos, Carmen Maura, Miguel Bosé entre muchos otros se dejaban caer
de vez en cuando por la sala. En algunos corrillos de la ciudad del
Turia siguen circulando leyendas que relacionaban Valencia e Ibiza. Como
aquella que decía que Shaun Ryder y Bez (Happy Mondays) iban a Ibiza
para luego coger el Ferry dirección Valencia, donde, mescalinas en mano,
se tiraban todo el fin de semana de fiesta. Aunque tenga pruebas (ver
siguiente foto), le pregunto.
Un amigo me contó que Bez y Shaun Ryder cogían el ferry desde Ibiza para pasar los fines de semana en Valencia.
Anécdotas de esas hay muchas. A los músicos les encantaba
Valencia. Jonathan Richman, por ejemplo vivió 4 años aquí. Cuando se fue
de la ciudad muchos promotores le seguían llamando. Venía por el vuelo,
el alojamiento y una pequeña cantidad de dinero. Era un tío cojonudo.
Aprendió español aquí.
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Ramón Noguera y Shaun Ryder en El Saler, Valencia. |
Una de las cosas que hicieron de la ruta del bakalao algo especial
fue la selección musical. Mientras en todas partes empezaba a sonar
house, italodisco, funk o new wave, vosotros tomasteis una dirección
nueva, enganchando EBM, rock gótico y pop de una forma tan arriesgada
como única ¿Cómo y por qué crees que pasó eso y por qué pasó sólo en
Valencia?
Había unas condiciones. La gente estaba muy interesada en la
música. Antes de las discotecas habían pequeños pubs donde toda esa
música estaba empezando a sonar. Cuando abrió Barraca intentaron que
sonara ese tipo de música. También estaba el "Cala", el Calavera. Ponían
una mezcla de jazz experimental, algo de fusión y cosas que salían de
electrónica y el rock de vanguardia. También sonaba la Velvet, Lou Reed,
etc. Te estoy hablando de finales de los 70.
¿Salías fuera de España a comprar discos?
Sí, pero verás, esto también ha cambiado sustancialmente. En
esos años, las discotecas tenían todas su colección de discos en la
cabina. Yo, cada vez que hacía un viaje al extranjero, compraba discos,
pero eran compras que hacía para disfrute personal. Luego muchos de esos
discos me los llevaba conmigo a la discoteca. Algunos que al principio
me parecían impinchables luego te dabas cuenta que no lo eran. Me pasó
muy a menudo lo de llevar un disco, dejarlo en la cabina y a los meses
de repente venirte a la cabeza "esta melodía engancha con esa otra",
cogías el disco, lo probabas y ¡zas! Funcionaba. Ten en cuenta que
entonces el residente estaba toda la noche, te daba tiempo a probar de
todo. A todo esto, en Valencia teníamos tiendas de discos buenísimas,
con importaciones semanales de EEUU, Alemania o Inglaterra. Muchos de
los discos que había en las tiendas no los conocían ni en sus países.
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Fran Lenaers (camisa azul) en la tienda de discos Zic Zac |
Sofisticado art-pop, electrificante EBM, pequeñas dosis de new
beat belga, house en su mayoría europeo, after-punk, industrial y
ráfagas de rock gótico. Esos fueron los principales ingredientes con los
que Fran Lenaers empezó una de las leyendas más injustamente
inexploradas de la escena musical española. Por la mañana, antes de
terminar la sesión no era raro escuchar baladas de Al Stewart, U2 The
Cars o Fleetwood Mac.
Una de las cosas que más me llaman la atención
de tu forma de pinchar es el atrevimiento con el que mezclabas. Metías
un tema puramente electrónico y luego lo empalmabas con un tema muy pop
con batería analógica real. Es muy difícil mezclar cuando los bombos no están cuantizados. ¿Cómo hacías para cuadrarlas?
Tengo que decirte una cosa en relación a esto. El 95% de
mesas de mezclas que veo ahora no valen para nada. Son juguetes con
efectos para adornar. No son buenas mesas. No empastan bien. Por eso
cortan tanto de graves. Yo lo que hacía era mantener siempre los bombos.
La pegada de las cajas analógicas son impresionantes. Siempre pedía
mesas que tuvieran balance. Abría los dos temas y los balanceaba según
convenía, uno al 70%, el otro al 30% y así. Si un disco se te iba un
poco lo único que pasaba era que generaba un delay, nada más. Si esa
mezcla la haces en mono se genera un lío bastante grande.
¿Había algún tipo de impregnación entre dj's y discotecas?
Barraca, que era más poppie, cerraba mucho más pronto que
Chocolate y Chocolate, con música algo más radical (ponían hasta
psychobilly) mucho más pronto que nosotros. En aquella época muchos de
esos dj's venían a mis sesiones. Cuando algunos discos se descatalogaban
lo que hacía era tapar la galleta en casa con cinta o celo para que
nadie viera lo que ponía (risas).
Un clásico. Antes de hacerte esta entrevista estuve buscando
sesiones tuyas por la red. Tras escuchar algunas llegué a una
conclusión: conforme pasaron los años, subiste los BPM de los sets, algo
que por otra parte, pasó en todas partes, incluso en los años 90.
¿Tienes alguna explicación racional a eso?
No estoy seguro que lo que hayas escuchado que pone es mío sea mío. Grababa muy pocas cosas.
Ya, hombre, pero quizá alguien lo grabó y lo subió. Yo tenía
cintas de discotecas de Valencia a principios de los 90 y no las grabé
yo...
Bueno, es posible, no sé. El caso es que no sé si eso fue
así. Mis sesiones a primera hora no pasaban de 100 BPM, pero dependiendo
de la hora de la noche podían llegar a 240. Sesiones largas,
variaciones constantes. Ya sabes. ¡Eran muchas horas!
Lenaers causó un fuerte impacto con algunos trucos de cosecha
propia, como pinchar dos discos iguales en dos platos distintos, estando
uno de ellos medio segundo retrasado, con el único propósito de generar
eco en la sala. Los golpes de efecto calaron y a día de hoy muchos dj's
españoles se inspiran en ellos.
También sé de primera mano que tuya
fue la idea de mezclar el "Maximizing The Audience" de Wim Mertens en
plena noche. Tengo que reconocer que fue una idea rompedora y que no
fueron pocos los que te copiaron. La primera vez que estuve en el
Florida 135 se lo escuché hacer al residente, y eso era 1994. 9 años
después, tu estilo seguía muy vivo.
Eso fue una simple apuesta. Un amigo que había vivido en
Londres y en Ibiza muchos años, el cual además tenía un pub me puso el
disco una tarde. Estamos hablando de 1985. Lo primero que me llamó la
atención, más allá de la música, fue el apellido. Mi padre se llamaba
Mertens de segundo también. Había muy pocos Mertens en el pueblo, así
que creo que eran familiares seguro. En todas mis sesiones había un
tramo en el cual siempre intentaba probar cosas. Metía mucha música
africana. Total, que una noche lo puse. La reacción del público fue
increíble.
Llegados a este punto me gustaría darle relieve a un tema. Todos los arqueólogos de la
dance music
fijan como un momento clave el verano de 1987, cuando Paul Oakenfold
viaja a Ibiza y se trae la energía de DJ Alfredo en las venas para, un
año después, cambiar la música de baile para siempre con las primeras
fiestas acid house en Londres. Habría que destacar que Fran Lenaers
llevaba ya unos años haciendo ese tipo de mezclas radicales, sin
perjuicios, eclécticas, donde muchos géneros musicales se dan la mano
sin complejos en un mismo plano de tiempo. El único problema fue que
Oakenfold eligió Ibiza en lugar de Valencia para veranear, sino
estaríamos contando una historia bastante distinta. Insisto con el tema.
Volviendo un poco al tema Ibiza, hay una cosa que quería
preguntarte. Pasados todos estos años, Ibiza ha sabido sacar rendimiento
a su leyenda y ha explotado de una forma descomunal mientras Valencia
fue denigrando su leyenda hasta convertirse en una caricatura de lo que
un día fue. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Bueno. Ten en cuenta que ellos sólo funcionaban en verano. Es
una particularidad que en Valencia no podíamos permitirnos. Al abrir
todos los fines de semana del año las cosas cambian mucho. Mira, cuando
tú estabas en la ruta del bakalao (para un segundo, piensa)
eso... eso fue un invento de no voy a decir quién. No te puedo decir el nombre.
No te cortes, ¡puedes decirme el nombre!
Es una persona muy popular, está en las teles. Él nació para
eso, para estar en todos los fregaos. El tema es que publicitó eso para
que la gente fuera a su discoteca. Entonces mucha gente del arte, el
diseño o la moda estaba dentro. Mariscal, por ejemplo: él nos hacía los
carteles. También diseñó algún pub en Valencia (se refiere al Dúplex y más tarde el Triplex, dos bares de copas)
.
Bueno, lo que te decía: el tema es que si lo publicitas a muerte al
final acaba viniendo de todo. Al principio sólo gente de Barcelona y
Madrid, pero cuando la bola se hizo grande empezaron a llegar algunos
indeseables. Entonces les llamaban "mascachapas". Muchos dj's acabaron
teniendo que poner música para ellos. Rendidos.
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Parking lleno... |
|
... parking vacío |
Lo cierto es que en 1993, los medios de comunicación machacan a los
espectadores a diario. El dueño de Spook, Bernardino Solís, tiene una
frase que explica a la perfección el final: “la masificación del
hedonismo valenciano, la persecución mediática, la presión que venía de
todas partes... Al final era un reto llevar adelante la discoteca.”
En
el libro "En èxtasis" de Juan Manuel Oleaque, el mismo periodista
comenta que uno de los motivos por los cuales todo se fue al garete fue
porque muchos dj's empezaron a comprar música de importación italiana,
más barata, en lugar de la que venía de Alemania, EEUU o Inglaterra.
Esa música nunca había sonado en Valencia. Llegaron Los
Gemelos a Puzzle, se pusieron a pinchar eso ellos solos. Repito: sólo
ellos pinchaban eso. Los demás empezaron a copiarles cuando vieron como
todo el mundo bailaba, especialmente las chicas. Buscaron lo fácil. Si
haces lo fácil te expones a que te copien. Entonces empezaron a abrir
otras discotecas, copiándoles. Dada la cantidad de gente que había en
todas las discotecas, los dj's empezaron a pinchar música "que gustara a
todos." Llegados los 90, todo el mundo ponía lo mismo. Incluso se
repetían discos en las sesiones. ¡Eso en los 80 era un sacrilegio! Yo en
una sesión de 14 horas podía repetir dos o tres discos, siempre en
franjas horarias distintas. Aunque de todos los motivos quizá el que más
repercutió fue los controles policiales. Había muchos accidentes, es
normal que la policía acudiera.
Cambiemos de tema. Hábleme ahora de Megabeat. En sólo dos años y poco
de carrera lanzaron un montón de discos para desaparecer del mapa.
No es que cada uno fuéramos por un lado. El problema es que llega un
momento que hay que hacer un parón, descansar para no quemarte. También
fue clave la llegada de la crisis de los 90, nos pilló por enmedio.
Llega un momento en que El Corte Inglés tarda un año y medio para
pagarnos, iba muy lento. De hecho, si cobramos fue gracias a la presión
que nosotros mismos hacíamos. Un montón de gente nos metió mucha caña
con facturas, etc...
¿Cuántas copias prensabais?
Del primero de Interfront vendimos 35.000. Calculo que de todos los Interfront venderíamos unos 50.000.
Eso son bastantes discos...
Sí, tengo una anécdota al respecto: ¿conoces el Rock De Lux, no?
Claro.
Ellos dejaron de sacar la listas de ventas en su revista por
nosotros y por Kortatu. Kortatu vendían mucho. Creo recordar que
llegaron a vender 100.000 copias algunos meses. No salían en ninguna
lista por ser vascos. Había un veto.
¿Y a vosotros por qué no os querían sacar?
Porque nuestro caso era raro: la lista de ventas se cifraba con
un número que le daba El Corte Inglés a las multinacionales. Ellos
mandaban ese número cada vez que liquidaban, pero claro, como liquidaban
cuando querían... De todas formas en todo momento sabía lo que estaba
vendiendo.
Me acuerdo de uno que fabricamos 5000 copias. Ellos mandaban 1500 a
radios, regalaban algunas a tenderos, algo de promo para dj's y
colocaban otras en grandes superficies. Automáticamente anotaban que
habían vendido 5000. Cuando regalas tantas copias a las radios para que
las pongan al final la gente las compra. Era fácil (risas).
Una cosa que que siempre me llamó la atención es que no
hicierais nunca un remix. ¿No os lo planteasteis o nunca os surgió la
oportunidad?
Nos ofrecieron alguno, ¿te acuerdas de Invisible Limits? La
chica se puso en contacto con nosotros pidiéndonos un remix, pero justo
se nos acababa de romper el magnetofón. Era verano, no pudimos
arreglarlo a tiempo. Nos llamaron también de EMI para hacer cosas, pero
no nos pusimos de acuerdo. Discutíamos con todo el mundo (risas).
Llevamos casi una hora de conversación telefónica y tengo la
impresión de que tiene cuerda para rato. Cuando voy a despedirme escucho
"oye, si te hace falta algo más no dudes en volver a llamarme."
Sacado de Tower Of Meaning